El calibre 38 Spécial
El cartucho de calibre 38 Special apareció en 1902 por extrapolación de la munición de calibre 38 Long Colt con la que no hay que confundirlo. Ampliamente difundido después de la Segunda Guerra Mundial, el cartucho de calibre 38 Special monta una bala de .357 a .358 pulgadas, es decir 9,07 mm a 9,09 mm, lo que hace que sea un verdadero 9 mm. Esta munición equipada con una vaina con pestaña se utiliza en los revólveres; tiene como denominación métrica 9x29 mm R. La carga estándar de este cartucho contiene una bala cilindro-ojival en plomo desnudo que pesa 10,60 gramos (158 granos), y cuya velocidad inicial es del orden de los 240 m/s. El cartucho de calibre 38 Special es una munición muy utilizada, de hecho, es la más utilizada para los revólveres, tanto como arma de defensa como para el tiro deportivo. Prácticamente todos los fabricantes de revólveres poseen a lo menos un modelo para esta potente munición, precisa y muy polivalente. Su particularidad radica en que se puede utilizar también en todos los revólveres de 357 Magnum, lo cual aumenta aún más su polivalencia de uso. El cartucho de 357 Magnum es una versión alargada y mucho más potente de la 38 Special. La 38 Special fue comúnmente utilizada en el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, para la defensa, en la policía hace algunos años, para hacer su regreso dentro de los cuerpos de Policías Municipales de Francia. Sigue siendo el cartucho de referencia para el tiro deportivo en la categoría «gran calibre» con un rango de operación que le permite montar proyectiles cuya masa varía de 7,15 gramos (110 granos) a 10,58 gramos (163 granos). Actualmente, Winchester, con su vasta experiencia para este calibre, ofrece varias cargas totalmente optimizadas.
